viernes, 20 de febrero de 2009

Premios Casa de las Américas


Presentados libros ganadores del Premio Casa de las América 2008

En la penúltima jornada del Premio Literario Casa de las Américas 2009 fueron presentados, como es tradicional, los libros ganadores de la edición anterior.

11 de Febrero del 2009


Como parte del programa de la edición cincuenta del Premio Literario Casa de las Américas 2009, fueron presentados este martes, en la sala Che Guevara de la institución, los libros ganadores del 2008 que, según subrayó Roberto Zurbano, director del Fondo Editorial Casa de las Américas, destacaron por atrapar algunas de las tendencias más contemporáneas dentro de la literatura de sus países y a nivel continental.

En la tradicional ceremonia participó el diputado de Cultura de Córdoba José Mariscal, quien ha
asumido con un alto grado de compromiso la publicación de estos títulos desde hace algunos años, en colaboración con su homóloga de Málaga, Susana Radío, a través del Centro de la Generación del 27.

Mariscal trasladó a la Casa de las Américas el saludo cordial y afectuoso del presidente de la Diputación de Córdoba, Francisco Pulido, y celebró el aniversario cincuenta de la Casa que realiza, según apuntó, una extraordinaria labor cultural dentro y fuera de las fronteras cubanas. “Para nosotros es una gratísima tarea el poder colaborar con la Casa. Allá en España se dice: más libros para ser más libres. En ese proyecto quiero seguir colaborando”, concluyó Mariscal.

A continuación, Roberto Zurbano presentó a la joven narradora argentina Samantha Schweblin, ganadora en la categoría de cuento en el año 2008 por su obra La furia de las pestes.

Samantha agradeció a la Casa de las Américas por este reconocimiento. “Cuba de pronto, en mi pequeño y reciente mundo literario, apareció con mucha fuerza, porque vine, paralelo al Premio, al Primer Festival de Jóvenes Narradores que llevó adelante el Centro Onelio Jorge Cardoso. Entonces, Cuba tiene un lugar muy importante en mi cabeza y en mi corazón”, declaró, y leyó luego su cuento “Mariposas”.

Otro de los libros presentados fue el ganador de la categoría de literatura brasileña, el volumen de ensayos La globalización de la naturaleza y la naturaleza de la globalización, de Carlos Walter Porto-Gonçalves. El libro fue traducido por Rodolfo Alpízar y publicado con el coauspicio de la embajada de Brasil en Cuba.

“Es un libro sobre una de las grandes discusiones en el mundo hoy: la del medio ambiente. Una discusión que no se refiere solo a la ecología, sino también a la ideología; que coloca a la política frente a los programas sociales sobre el medio ambiente”, destacó Zurbano.

Apuntó además que es un texto muy discutidor, que dialoga con la vasta producción sobre ese tema en Brasil. “Viene a colocarnos ante un debate en el que supuestamente algunos países no están involucrados y a demostrarnos que esta realidad nos corresponde a todos los seres humanos”, concluyó.

El ganador de la categoría de ensayo de tema histórico-social, el colombiano Hugo Niño, presentó su título El etnotexto: las voces del asombro. Apuntó que aspiraba a ganarse este premio porque “lo único que quería era una invitación para volver a Casa de las
Américas”.

“En el proceso de composición de este libro uno ha tenido que revisar muchos segmentos, muchos episodios que no dejan de causarle a uno un impacto, donde se mezclan la tristeza, la frustración, la rabia y un poco de esperanza, al comprobar que la descolonización no terminó en América a finales del siglo XIX, sino que ha seguido con otras formas aviesas y abyectas”, declaró antes de leer lo que calificó como un metatexto acerca del volumen premiado.

Zurbano anunció que estos libros ganadores del Premio Casa de las Américas 2008 están ilustrados por obras de gráfica que pertenecen a la colección de arte latinoamericano de la institución y que el diseño de la colección es de Ricardo Villares. Luego pasó a presentar el volumen Los dioses viajan de noche, de Louis-Philippe Dalembert, ganador del premio de literatura caribeña, que en la pasada edición fue convocado para textos en francés o creole.

Según apuntó Zurbano, “es un libro sobre la identidad, sobre la búsqueda de la razón, que no está escrita en ninguna parte, que pertenece al mundo de la oralidad, y refleja las tensiones entre lo popular y la zona más racional del protagonista, quien encuentra en el tambor de iniciación del vudú un universo que cuenta en esta novela”.

A continuación dio paso a Laura Yasan, premiada en la categoría de poesía por su texto la llave marilyn, editado por Esther Acosta.

Yasan dijo sentirse muy orgullosa de haber ganado un premio “tan prestigioso, tan limpio, en un país que para mí es un ejemplo para el mundo y Casa de las Américas es un ejemplo para el mundo”. También expresó su satisfacción por la coincidencia de dos mujeres argentinas premiadas en el 2008, algo que no sucede comúnmente.

Antes de leer algunos de los poemas que integran el volumen, “testificó” que el título de su libro va con minúsculas porque no pone mayúsculas en su poética ni ningún signo de puntuación, ya que considera que la poesía es violentar la gramática.

Por último, fueron presentados los tres libros que obtuvieron los premios especiales que desde el año 2000 se otorgan dentro del programa del Premio Literario Casa de las Américas.

A propósito, Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de la institución, recordó que son reconocidos títulos y autores ya publicados, y que esos premios son el de narrativa José María Arguedas, el de poesía José Lezama Lima y el de ensayo Ezequiel Martínez Estrada, nombres que, según enfatizó, no son casuales, pues los tres estuvieron muy vinculados con la Casa de las Américas y el Premio, además de que representan tres culturas dominantes de nuestra América: la caribeña, la andina y la rioplatense.

Luego se refirió brevemente a En un abrir y cerrar de ojos, del chileno Óscar Hahn, merecedor del premio de poesía José Lezama Lima. A propósito del cuaderno, de 30 poemas cortos, dijo que “toca temas extremadamente profundos como la desolación, el abandono por el ser amado, la guerra, el terrorismo, y los toca con una ironía, una gracia, un humor, diría que hasta con un cinismo un poco perturbador”.

Entretanto, El ejército iluminado, del mexicano David Toscana, fue el ganador del premio de narrativa José María Arguedas. Al respecto, Fornet apuntó que se trata de una historia un tanto delirante acerca de un hombre que en el año 1928, ante la imposibilidad de participar en la Olimpiada de París, corre su propia maratón con un tiempo mejor que el correspondiente al tercer lugar, que resulta ser un norteamericano al que después pasa toda la vida reclamándole la que considera su medalla.

Ello se imbrica con el sentimiento de despojo que, al ser un habitante de la zona norte mexicana, siente el protagonista, a propósito de la invasión y ocupación de una parte importante del
territorio de su país por los Estados Unidos.

Por último, el dominicano Héctor Díaz Polanco, ganador del premio de ensayo Ezequiel Martínez Estrada con el volumen Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia, explicó algunas claves de su libro.

“Haber recibido este premio fue un doble honor, dijo, por tratarse de un premio de Casa de las Américas. Siempre he creído que estos premios están revestidos de un aura especial. Y, además, por tratarse de un premio que lleva el nombre de Ezequiel Martínez Estrada, una leyenda del ensayo latinoamericano”, dijo.

Acerca del texto, apuntó que “es en parte un libro de antropología y en parte de filosofía política, porque lo que trato de buscar es vincular los fenómenos socio-antropológicos con los procesos políticos”. Afirmó también que “es un combate contra ciertas tendencias que trae consigo la globalización. El capitalismo es cada vez más cultural —señaló— en el sentido del uso político de la cultura, y la expresión concreta de esta forma nueva de intento de apropiarse de la cultura con fines políticos es lo que se llama multiculturalismo, que no es solo el nombre para designar la pluralidad cultural, sino que es un enfoque político sobre los fenómenos culturales”.

“Lo que sostiene el libro como tesis central y se trata de explicar en cierto detalle es que esto se desarrolla mediante un proceso relativamente nuevo en el continente y a escala mundial, que es lo que denomino el proceso etnofágico, mediante el cual un sistema sociocultural engulle y digiere otros sistemas y lo disuelve en la medida de lo posible mediante la exclusión del uso de la fuerza”, acotó.

“Algo que me parece importante para los debates que tenemos en América Latina en torno a los problemas socioculturales, es el problema del poder, la política y el Estado”, subrayó, y se refirió a una posición actual de los movimientos sociales que aspiran a cambiar el mundo sin tomar el poder, como es el caso del zapatismo en México.

“Quiero señalar un punto que me parece crucial: si la tendencia del neoliberalismo, del capital globalizado, es a desarrollar al máximo la individualización de la sociedad, nuestra única respuesta posible, viable y esperemos que exitosa, consiste en enfatizar en la necesidad de construir al máximo comunidad. Si no logramos revertir el proceso a partir de construcción de comunidad tendremos grandes dificultades en los próximos tiempos”, concluyó.

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