domingo, 26 de julio de 2009

Nuevo Libro


Nostra Ediciones anuncia

Nuevo libro de Héctor Díaz-Polanco


México es un país multicultural; en él conviven más de 60 grupos indígenas con lenguas, tradiciones, cosmovisiones y prácticas distintas que, lejos de desaparecer o sucumbir a los discursos hegemónicos, como se presumía que ocurriría con el actual proceso de globalización, reclaman un reconocimiento pleno que les permita reproducirse y desarrollarse en el marco del Estado-nación. Sin embargo, la inclusión de la pluralidad se ha traducido, en distintos momentos de la historia, en conflictos y retos institucionales aún no resueltos por el Estado mexicano.
En esta obra, redactada por una de las principales autoridades en la materia, el lector encontrará un análisis accesible y puntual que explora, en primer término, la complejidad conceptual que supone definir “lo indígena”; después, las distintas respuestas —hasta el momento insuficientes— que se han planteado para resolver este problema nacional, para concluir, con espíritu desmitificador y sumamente claro, abordando la alternativa autonomista, una de las opciones más actuales que se ha abrazado en distintos países del mundo. Además, se exploran sucintamente algunas experiencias de autonomía que se están desarrollando en América Latina, principalmente en México, Colombia, Venezuela y Bolivia.

Héctor Díaz-Polanco es antropólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Sociología por El Colegio de México (Colmex). Actualmente es profesor-investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III. En 2006 obtuvo el Premio Internacional de Ensayo, convocado por Siglo Veintiuno Editores, la UNAM y la Universidad de Sinaloa, y en 2008 recibió el Premio de Ensayo Casa de las Américas “Ezequiel Martínez Estrada”. Es autor de más de 230 trabajos, incluyendo 17 libros como autor único y más de 60 libros en coautoría. Sus obras más recientes son: El laberinto de la identidad (UNAM, 2006) y Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia. (Siglo XXI Editores, 2ª edición, 2007).

Una colección para entender la realidad política, económica, social y cultural de México y el mundo, en donde se presentan temas relevantes de nuestra época expuestos de manera simple y comprensible por reconocidos especialistas en la materia.

lunes, 27 de abril de 2009

Sobre "Elogio de la diversidad"

Una pieza clave del pensamiento crítico, revolucionador y creativo
Aurelio Alonso


El ensayo de Héctor Díaz-Polanco que les entregamos hoy no es una obra fácil de introducir en una presentación. Lo digo a causa de la densidad de análisis que lo caracteriza. Su título, Elogio de la diversidad, se inspira en la inteligencia de Erasmo cuando se proyectaba, hacia los albores del mito liberal, en el Elogio de la locura. «Locura ha de ser, pero no sin método» decía, en los tiempos en que nacía el dominio del Occidente. Nuestro autor precisa más sus contenidos en el subtítulo a través de tres conceptos: Globalización, multiculturalismo y etnofagia.
Tiene esta obra el llamativo privilegio de llegar al lector cubano simultáneamente en dos ediciones. La del Instituto Juan Marinello (de 2007), prologada por Julio César Guanche, y la que presentamos hoy, de la Casa de las Américas, que le otorgó el Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada en 2008. Es también este su segundo galardón, ya que en 2006 vio la luz con el Premio Internacional de Ensayo de Siglo XXI.

En todo caso se trata de una casualidad afortunada, y me atrevo a decir que indicativa del significado de este ensayo, el que el Instituto Marinello y la Casa hayan detenido, el uno y la otra, la mirada en ella. Y no me sorprenderá que la volvamos a ver, en un futuro, recibiendo nuevos reconocimientos, pues la considero una de las piezas definitivas del pensamiento de comienzos de nuestro siglo. Del pensamiento latinoamericano e incluso a escala mundial, del pensamiento crítico, revolucionador y creativo que ha vuelto a dar signos de vitalidad cuando tanto la izquierda tradicional, como una gran parte de la que se calificó de nueva hace unas décadas, quedaron estancadas.
Me atrevería a afirmar que con el Elogio, Díaz-Polanco abre un nuevo capítulo en su historia de pensador. Su sólida formación de antropólogo, que lo ha llevado a aportes sustantivos en los estudios sobre las autonomías desde la perspectiva del investigador de la realidad latinoamericana —estudios por los cuales le conocemos—, se convierte en cimiento, puntal, sostén, en este libro, de un decisivo y actualísimo ensayo filosófico.
La mirada filosófica tiene que ser actual y crítica, y si no lo es, de poco sirve. Algunos han caracterizado esta obra como «la expresión de un agudo malestar con la filosofía», lo cual es cierto si no se desconoce el mérito filosófico del monumento crítico en que se constituye, al confrontar la diversidad con la diversidad. Al involucrarse a fondo con el rescate teórico de la diversidad legítima, de cara al constructo liberal de la diversidad como multiculturalismo
.
Con una lógica irreprochable Díaz-Polanco comienza por colocarse en el escenario situacional, de aproximación al tema de los conflictos y el debate cultural sobre la diversidad, que desemboca enseguida en el remolino histórico del pensamiento liberal. Su reflexión se concentra entonces en Kant, quien aportó a la idea del contrato social la contextualización que requería el empeño de integrar un contractualismo liberal.
Nada nuevo digo si les recuerdo que es Kant, y no Hegel, quien aporta el tronco esencial que consagró aquella que Marx y sus contemporáneos llamaron “filosofía clásica alemana”, que genera y sostiene la magnificación del Occidente, de la modernidad, del pensamiento donde quedará justificada la lógica de la acumulación.

De la crítica a la reflexión kantiana pasa a John Rawls. Lo destaco por sobre otros, como lo hace el mismo Díaz-Polanco, para que no nos pase inadvertido. Porque, como señala en su prólogo con razón Guanche,
«se cuentan con los dedos de la mano los libros que, recorriendo la bibliografía de éste [Díaz-Polanco] pueden encontrarse en el país de autores como John Rawls, Charles Taylor, Benedict Anderson, Isaiah Berlin, Alex Callinicos, Ronald Dworkin, Terry Eagleton, Jürgen Habermas, Toni Negri, entre muchos otros, inéditos en Cuba».
Forzados por las circunstancias al síndrome de «la tuya», el lector cuba
no vive condenado a conocer a los críticos sólo cuando son criticados…, e incluso no siempre que son criticados.
En Teoría de la Justicia de Rawls (1971), y algunas de sus obras posteriores (La justicia como imparcialidad, y la más reciente antes de morir en 2002, La justicia como equidad) la justificación liberal de la desconexión de las decisiones (las decisiones políticas, las que definen cursos sociales), con los resultados, le aporta al contractualismo y al mito liberal la fundamentación más actualizada del individualismo.
No conozco otro autor que, sin la necesidad de armarse dogmáticamente de enunciados precursores, haya tenido la capacidad mostrada por Díaz-Polanco de meterse a fondo en la crítica del multiculturalismo, edificio levantado sobre un individualismo redivivo para la consagración occidentalizadora del proceso civilizatorio.

Héctor Díaz-Polanco revela a través de su crítica la
«incapacidad [de los contractualistas del multiculturalismo] para aprender la diversidad en cuanto tal, sin concebirla como un derivado o suplemento secundario en relación con lo único que, al parecer, son capaces de discernir los filósofos y que es el tema al que subordinan todo: el individuo y su supuesta prioridad incuestionable».
El multiculturalismo se nos muestra como una expresión sublimada del liberalismo en la medida en que deja incólume el primado del individuo sobre lo colectivo y la postergación de la igualdad a favor de la libertad («la unidad básica del individuo incuestionable» de Rawls), que Díaz-Polanco contribuye a despejar para pensar la pluralidad real del mundo como tal, en lo que es, de cara a las deformaciones sistémicas acumuladas.
Y no la que Occidente santifica a partir de su abigarrada y mórbida criatura civilizatoria.
Vuelvo a citar a Guanche cuando señala que «Díaz-Polanco defiende la diversidad criticando la que todo el mundo defiende: la encauzada por el universalismo liberal». La que sostiene como fatum la encarnación de la globalización.
Permítanme terminar con unas líneas del Prefacio del autor (a las cuales, se me antoja ahora, que pudo reducirse esta presentación), con las que regresamos a Erasmo:
«Un tema que recorre toda la obra es la crítica al universalismo abstracto, tan característico de la filosofía liberal, que ha cobrado nuevas formas en la fase del capitalismo globalizante… Dice Erasmo de Rótterdam, refiriéndose a su célebre Elogio de la locura, que aunque ha “alabado a la locura”, no lo ha hecho “del todo locamente”. El elogio a la diversidad que aquí se hace no tiene como propósito erigir alguna civilización o alguna identidad en el nuevo referente de la cultura o en el criterio de lo universal. Más bien se contenta con señalar la obscena ausencia del Otro en las formulaciones universalistas, y con mostrar la enorme soberbia (y “lo ridículo”, en el talante de Erasmo) que acompaña a un sistema cultural tan particular como el que llamamos Occidente cuando se plantea como el alfa y omega de todo lo humano».
Les recomiendo esta obra de nuestro querido Héctor Díaz-Polanco con la seguridad de que estamos ante un ensayo que todavía va a dar mucho qué decir y hacer.
La Habana, 25 de abril de 2009.
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Palabras de Aurelio Alonso en la presentación de Elogio de la diversidad (La Habana, 2008), libro de Héctor Díaz-Polanco que obtuviera el Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada, de la Casa de las Américas. Fuente: La Ventana, portal informativo de la Casa de las Américas, La Habana, 2009.

jueves, 26 de febrero de 2009

Identidad vs globalización










Los hallazgos de Marco Polo

Reflexiones sobre identidad, conflictos culturales y globalización, en exclusiva para BOHEMIA, de Héctor Díaz-Polanco, una de las figuras más destacadas del pensamiento latinoamericano contemporáneo

Por SAHILY TABARES
cultura@bohemia.co.cu
Fotos: LEYVA BENÍTEZ

foto@bohemia.co.cu

(18 de julio de 2007)

En abandono total de su propio yo, este viajero horada los muros más espesos de la ortodoxia para profundizar en los laberintos de un complejo itinerario. Dimana calor humano en la tesitura de su voz, a través de la conversación sostenida con BOHEMIA durante las sesiones del pasado Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, en la que entregó la pasión acumulada en su quehacer.

Héctor Díaz-Polanco

En sus textos, el doctor Héctor Díaz-Polanco defiende el derecho a la autonomía de los indígenas de América Latina

Podría parecer que no existen interrogantes por despejar para el doctor Héctor Díaz-Polanco, eminente antropólogo y sociólogo dominicano residente en México. Por el contrario, los numerosos textos publicados sobre sus especialidades, entre ellos: Elogio de la diversidad: globalización, multiculturalismo y etnofagia, Premio Internacional de Ensayo 2005, convocado por Siglo XXI Editores, la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Colegio de Sinaloa, buscan profundizar cada vez más, sin dar fe de una obra concluida.

Desde la ensayística y la investigación acuciosa, este profesor que ha dedicado tres decenios a la docencia, hurga sin descanso ni acomodamiento en la matriz de los discursos alrededor de la diversidad cultural y, como respuesta a la insistente manipulación de ese término por los sectores sociales más conservadores, promueve el fortalecimiento de las comunidades.

No planeó estudiar antropología. El interés por desentrañar conflictos y complejidades surgió en la práctica durante los procesos de indagación, de conocimiento de la realidad caribeña, "que inclina de manera especial a los científicos sociales a preocuparse por la diversidad debido a la pluralidad sociocultural.

"Quizás es lo que explica el interés de Aimée Cesaire y Pedro Henríquez Ureña, personalidades que en sus respectivos momentos hicieron aportes interesantes. Existe como un llamado a los antillanos para tratar de explicar esta convivencia en una diversidad tan extraordinaria y rica como la del Caribe.

"Por vocación política he participado en experiencias de luchas de movimientos indígenas en prácticamente todos los países de América Latina. Desde el principio, insistimos en la perspectiva autonomista y en el gran potencial político de los pueblos indígenas.

Héctor Díaz-Polanco

La mayoría del movimiento indígena latinoamericano concibe las autonomías como parte de las grandes transformaciones sociales

"En los inicios, por parte de la izquierda no hubo una comprensión inmediata de esta prioridad, el gran sujeto era el campesinado y desde luego, también la clase obrera. Todo esto comenzó a cambiar en la década del 90. Debido a la cercanía del Quinto Centenario del "descubrimiento" de América en 1492, se esperaba, como ocurrió, la potenciación de los movimientos indígenas.

"El primer levantamiento tuvo lugar en Ecuador. Más tarde hubo acciones sucesivas que derribaron Gobiernos, se replantearon las cuestiones de las nacionalidades y de las autonomías. En este sentido, la rebelión zapatista en 1994, constituyó un impacto para América Latina y el mundo."

– ¿Cómo influyen estos procesos en la identidad y en los conflictos culturales del siglo XXI?

–Históricamente, la identidad ha sido evaluada a partir de juicios previos o prejuicios desde diferentes lados de la frontera. Algunos piensan que los indígenas pertenecen a un mundo del pasado. Este criterio está errado. Los indígenas de hoy son el resultado de un proceso histórico que se ha venido construyendo.

"El primer grupo sociocultural realmente moderno es el indígena. Resulta paradójico verlo como algo del pasado. Esa idea tiene un enfoque político. El gesto de considerar a alguien del pasado, impide incorporarlo como compañero en la construcción del futuro.

"De igual forma suele pensarse, que las tradiciones y la cultura indígena constituyen una especie de traba debido a que están orientadas a conservar sus rasgos a ultranza, sin la menor vocación transformadora, innovadora. Si esto fuera así, constituiría un grave problema, les impediría integrarse a la transformación de una nación. Ha exigido grandes esfuerzos convencer a los sectores más recalcitrantes de que los pueblos indígenas son capaces de participar de forma activa en los procesos transformadores."Por su parte, la mayoría del movimiento indígena latinoamericano concibe las autonomías como parte de esos procesos.

"Son cuestiones que hemos abordado de manera explícita en este congreso en La Habana. Ha quedado bien claro que en el campo de las ciencias sociales, el tema de la diversidad sociocultural resulta esencial. Debemos aprovechar para potenciar el debate y las tendencias con una orientación progresista.

"Parece ser que en estos momentos identidad y globalización son dos términos clave. O sea, ambos están íntimamente imbricados, uno determina al otro, y ese es un pequeño descubrimiento que debemos a las ciencias sociales contemporáneas. En el sentido de que la globalización no solo no liquida y deja de lado el asunto de las identidades, sino que las potencia como tema político, económico, ecológico, etc. Los grandes problemas que trae consigo la globalización están vinculados a las grandes demandas de los grupos identitarios.

"Un ejemplo meritorio es la posición que han tenido los pueblos indígenas en la cultura de la tierra, en la búsqueda de la armonía entre lo social y lo natural. Sobre todo en el hecho, no solo de conservar su medioambiente, sino de enriquecerlo.

"Hay que prestar atención a la perspectiva multicultural que utilizan las transnacionales en busca de potenciar negocios. Es un gran peligro, porque la diversidad, en vez de ser un elemento liberador y de reconocimiento de la pluralidad, se convierte en un medio para promover el pensamiento único, el mundo único desde el punto de vista sociocultural. En realidad se trata de un disfraz utilizado por un afán de ganancia. Debemos entender esta dinámica y denunciarla.

"La cuestión de la identidad marca la dirección de los grandes debates. Se ha convertido en una reserva de valores, en un campo de construcción de nuevos principios políticos, debido a su proyección hacia lo étnico, lo ético, lo económico y lo social. Por eso resulta tan importante, incluso para los países donde la presencia indígena es nula.

"Son terrenos en los que estamos explorando, descubriendo. Por eso escogí el seudónimo de Marco Polo para el ensayo Elogio de la diversidad... No me considero un descubridor definitivo de territorios, de asuntos. Soy apenas un estudioso.

"A mis alumnos les enseño, entre otras cosas, que no deben aceptar nunca una afirmación o una propuesta sin someterla a crítica. Y que deben tratar por todos los medios de que haya correspondencia entre lo que dicen y lo que hacen. En esencia: que sus planteamientos políticos tengan un referente práctico. Que sean consecuentes en su compromiso con su colectivo, con su pueblo."

viernes, 20 de febrero de 2009

Premios Casa de las Américas


Presentados libros ganadores del Premio Casa de las América 2008

En la penúltima jornada del Premio Literario Casa de las Américas 2009 fueron presentados, como es tradicional, los libros ganadores de la edición anterior.

11 de Febrero del 2009


Como parte del programa de la edición cincuenta del Premio Literario Casa de las Américas 2009, fueron presentados este martes, en la sala Che Guevara de la institución, los libros ganadores del 2008 que, según subrayó Roberto Zurbano, director del Fondo Editorial Casa de las Américas, destacaron por atrapar algunas de las tendencias más contemporáneas dentro de la literatura de sus países y a nivel continental.

En la tradicional ceremonia participó el diputado de Cultura de Córdoba José Mariscal, quien ha
asumido con un alto grado de compromiso la publicación de estos títulos desde hace algunos años, en colaboración con su homóloga de Málaga, Susana Radío, a través del Centro de la Generación del 27.

Mariscal trasladó a la Casa de las Américas el saludo cordial y afectuoso del presidente de la Diputación de Córdoba, Francisco Pulido, y celebró el aniversario cincuenta de la Casa que realiza, según apuntó, una extraordinaria labor cultural dentro y fuera de las fronteras cubanas. “Para nosotros es una gratísima tarea el poder colaborar con la Casa. Allá en España se dice: más libros para ser más libres. En ese proyecto quiero seguir colaborando”, concluyó Mariscal.

A continuación, Roberto Zurbano presentó a la joven narradora argentina Samantha Schweblin, ganadora en la categoría de cuento en el año 2008 por su obra La furia de las pestes.

Samantha agradeció a la Casa de las Américas por este reconocimiento. “Cuba de pronto, en mi pequeño y reciente mundo literario, apareció con mucha fuerza, porque vine, paralelo al Premio, al Primer Festival de Jóvenes Narradores que llevó adelante el Centro Onelio Jorge Cardoso. Entonces, Cuba tiene un lugar muy importante en mi cabeza y en mi corazón”, declaró, y leyó luego su cuento “Mariposas”.

Otro de los libros presentados fue el ganador de la categoría de literatura brasileña, el volumen de ensayos La globalización de la naturaleza y la naturaleza de la globalización, de Carlos Walter Porto-Gonçalves. El libro fue traducido por Rodolfo Alpízar y publicado con el coauspicio de la embajada de Brasil en Cuba.

“Es un libro sobre una de las grandes discusiones en el mundo hoy: la del medio ambiente. Una discusión que no se refiere solo a la ecología, sino también a la ideología; que coloca a la política frente a los programas sociales sobre el medio ambiente”, destacó Zurbano.

Apuntó además que es un texto muy discutidor, que dialoga con la vasta producción sobre ese tema en Brasil. “Viene a colocarnos ante un debate en el que supuestamente algunos países no están involucrados y a demostrarnos que esta realidad nos corresponde a todos los seres humanos”, concluyó.

El ganador de la categoría de ensayo de tema histórico-social, el colombiano Hugo Niño, presentó su título El etnotexto: las voces del asombro. Apuntó que aspiraba a ganarse este premio porque “lo único que quería era una invitación para volver a Casa de las
Américas”.

“En el proceso de composición de este libro uno ha tenido que revisar muchos segmentos, muchos episodios que no dejan de causarle a uno un impacto, donde se mezclan la tristeza, la frustración, la rabia y un poco de esperanza, al comprobar que la descolonización no terminó en América a finales del siglo XIX, sino que ha seguido con otras formas aviesas y abyectas”, declaró antes de leer lo que calificó como un metatexto acerca del volumen premiado.

Zurbano anunció que estos libros ganadores del Premio Casa de las Américas 2008 están ilustrados por obras de gráfica que pertenecen a la colección de arte latinoamericano de la institución y que el diseño de la colección es de Ricardo Villares. Luego pasó a presentar el volumen Los dioses viajan de noche, de Louis-Philippe Dalembert, ganador del premio de literatura caribeña, que en la pasada edición fue convocado para textos en francés o creole.

Según apuntó Zurbano, “es un libro sobre la identidad, sobre la búsqueda de la razón, que no está escrita en ninguna parte, que pertenece al mundo de la oralidad, y refleja las tensiones entre lo popular y la zona más racional del protagonista, quien encuentra en el tambor de iniciación del vudú un universo que cuenta en esta novela”.

A continuación dio paso a Laura Yasan, premiada en la categoría de poesía por su texto la llave marilyn, editado por Esther Acosta.

Yasan dijo sentirse muy orgullosa de haber ganado un premio “tan prestigioso, tan limpio, en un país que para mí es un ejemplo para el mundo y Casa de las Américas es un ejemplo para el mundo”. También expresó su satisfacción por la coincidencia de dos mujeres argentinas premiadas en el 2008, algo que no sucede comúnmente.

Antes de leer algunos de los poemas que integran el volumen, “testificó” que el título de su libro va con minúsculas porque no pone mayúsculas en su poética ni ningún signo de puntuación, ya que considera que la poesía es violentar la gramática.

Por último, fueron presentados los tres libros que obtuvieron los premios especiales que desde el año 2000 se otorgan dentro del programa del Premio Literario Casa de las Américas.

A propósito, Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de la institución, recordó que son reconocidos títulos y autores ya publicados, y que esos premios son el de narrativa José María Arguedas, el de poesía José Lezama Lima y el de ensayo Ezequiel Martínez Estrada, nombres que, según enfatizó, no son casuales, pues los tres estuvieron muy vinculados con la Casa de las Américas y el Premio, además de que representan tres culturas dominantes de nuestra América: la caribeña, la andina y la rioplatense.

Luego se refirió brevemente a En un abrir y cerrar de ojos, del chileno Óscar Hahn, merecedor del premio de poesía José Lezama Lima. A propósito del cuaderno, de 30 poemas cortos, dijo que “toca temas extremadamente profundos como la desolación, el abandono por el ser amado, la guerra, el terrorismo, y los toca con una ironía, una gracia, un humor, diría que hasta con un cinismo un poco perturbador”.

Entretanto, El ejército iluminado, del mexicano David Toscana, fue el ganador del premio de narrativa José María Arguedas. Al respecto, Fornet apuntó que se trata de una historia un tanto delirante acerca de un hombre que en el año 1928, ante la imposibilidad de participar en la Olimpiada de París, corre su propia maratón con un tiempo mejor que el correspondiente al tercer lugar, que resulta ser un norteamericano al que después pasa toda la vida reclamándole la que considera su medalla.

Ello se imbrica con el sentimiento de despojo que, al ser un habitante de la zona norte mexicana, siente el protagonista, a propósito de la invasión y ocupación de una parte importante del
territorio de su país por los Estados Unidos.

Por último, el dominicano Héctor Díaz Polanco, ganador del premio de ensayo Ezequiel Martínez Estrada con el volumen Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia, explicó algunas claves de su libro.

“Haber recibido este premio fue un doble honor, dijo, por tratarse de un premio de Casa de las Américas. Siempre he creído que estos premios están revestidos de un aura especial. Y, además, por tratarse de un premio que lleva el nombre de Ezequiel Martínez Estrada, una leyenda del ensayo latinoamericano”, dijo.

Acerca del texto, apuntó que “es en parte un libro de antropología y en parte de filosofía política, porque lo que trato de buscar es vincular los fenómenos socio-antropológicos con los procesos políticos”. Afirmó también que “es un combate contra ciertas tendencias que trae consigo la globalización. El capitalismo es cada vez más cultural —señaló— en el sentido del uso político de la cultura, y la expresión concreta de esta forma nueva de intento de apropiarse de la cultura con fines políticos es lo que se llama multiculturalismo, que no es solo el nombre para designar la pluralidad cultural, sino que es un enfoque político sobre los fenómenos culturales”.

“Lo que sostiene el libro como tesis central y se trata de explicar en cierto detalle es que esto se desarrolla mediante un proceso relativamente nuevo en el continente y a escala mundial, que es lo que denomino el proceso etnofágico, mediante el cual un sistema sociocultural engulle y digiere otros sistemas y lo disuelve en la medida de lo posible mediante la exclusión del uso de la fuerza”, acotó.

“Algo que me parece importante para los debates que tenemos en América Latina en torno a los problemas socioculturales, es el problema del poder, la política y el Estado”, subrayó, y se refirió a una posición actual de los movimientos sociales que aspiran a cambiar el mundo sin tomar el poder, como es el caso del zapatismo en México.

“Quiero señalar un punto que me parece crucial: si la tendencia del neoliberalismo, del capital globalizado, es a desarrollar al máximo la individualización de la sociedad, nuestra única respuesta posible, viable y esperemos que exitosa, consiste en enfatizar en la necesidad de construir al máximo comunidad. Si no logramos revertir el proceso a partir de construcción de comunidad tendremos grandes dificultades en los próximos tiempos”, concluyó.

miércoles, 18 de febrero de 2009



Tres libros para pensar

18 de Febrero del 2009. Libros y RevistasEl Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, Ruth Casa Editorial y el Fondo Editorial Casa de las Américas, se unieron este martes 17 para proponer tres importantes títulos de las Ciencias Sociales

El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre, de François Houtart, Elogio de la diversidad, de Héctor Díaz-Polanco, y El ejercicio de pensar, de Fernando Martínez Heredia, fueron los títulos que centraron este martes 17, a la 1 de la tarde, la atención de los asistentes a la sala José Antonio Portuondo, de la Fortaleza de la Cabaña, en la continuación de las jornadas de la XVIII Feria Internacional del Libro Cuba 2009.

El texto de Houtart, presentado por una de sus editoras, Denise Ocampo Álvarez, está estructurado en tres partes que abordan la ética de la incertidumbre en las Ciencias Sociales, la búsqueda de nuevos espacios y el paso de la resistencia a la ofensiva en América Latina.

Según se expresa en el prólogo del volumen, editado por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello con la colaboración de Ruth Casa Editorial, se trata de un “convite reflexivo para redefinir las metas, plantearnos la pregunta analítica acerca de la sociedad que queremos, como utopía necesaria, pregunta que va respondiendo Houtart cuando expone acerca del problema que el pensamiento social debe enfrentar en tanto el pensamiento único considera que las alternativas son meras utopías, proyectos descalificables”.

A continuación, correspondió a Julio César Guanche proponer las dos ediciones que coexisten en esta Feria del Libro del título Elogio de la diversidad, de Díaz-Polanco, ganador con este texto del Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada 2008, de la Casa de las Américas.

Guanche calificó como un lujo la oportunidad de contar con este libro entre nosotros, y llamó la atención sobre el hecho de que tres instituciones importantes para el panorama de las Ciencias Sociales en Cuba —el Instituto Juan Marinello, Ruth Casa Editorial y Casa de las Américas—, se involucrasen paralelamente en este empeño editorial, lo que habla, en su opinión, del valor del texto.

Apuntó que Díaz-Polanco consigue integrar en su Elogio de la diversidad perspectivas muy diferentes que no siempre aparecen unidas en un mismo volumen, y subrayó que se trata de un intento muy matizado, dialogador, de pensar; que el libro “construye sus consecuencias en el camino, a tono con el eje temático de la diversidad”.

Por su parte, Aurelio Alonso, quien habló a nombre de la Casa de las Américas, subrayó que el hecho de estar presentando dos ediciones hechas en Cuba de este título constituye en sí mismo un “elogio a la diversidad”, y calificó al texto como “una de las críticas más sólidas al constructo ideológico liberal de los últimos años”.

Advirtió que se trata de un libro difícil, “pues no elude la complejidad”, es una obra “de análisis conceptual, no de circunstancias”, enfatizó, y concluyó que Díaz-Polanco realiza aquí una “contribución a nuestro conocimiento de la realidad social actual y nos ofrece la posibilidad de contar con instrumentos que nos permitan ir más lejos en el deber crítico que los tiempos actuales nos imponen”.

Por último, Diosnara Ortega González, científica social cubana, presentó el volumen El ejercicio de pensar, de Fernando Martínez Heredia, quien tomó como punto de partida el debate suscitado en el año 2007 a propósito del llamado “quinquenio gris” para recopilar una serie de artículos suyos, en su mayoría recientes, a propósito de la relación entre pensamiento social y políticas de la Revolución desde la década del sesenta.

Martínez Heredia señaló que se trata de una obra intencionalmente breve, de combate, de pensamiento, que espera motivar la lectura crítica y el debate. “La liberación humana necesita de una militancia de la cultura”, subrayó, y explicó además que “el conocimiento social es la materia misma de este libro”.

Por último, a propósito de la presencia en la cubierta del volumen de las figuras del Che y José Martí declaró: “Han sido mis influencias, así que termino agradeciéndoles”.